Estudié en la escuela de Profesionales de la Salud de la Universidad de Puerto Rico un bachillerato en Tecnología Médica. Laboralmente he tenido experiencia en laboratorio clínico y en la empresa privada. Siempre he tenido la pasión de servir. Recuerdo que en mis años universitarios estuve de voluntaria en el hospital oncológico de Puerto Rico, adivinen quién era la nena, pues yo. En aquel momento de mi vida, la nena estuvo rodeada de grandes personas que me enseñaron que los pequeños detalles pueden hacer la gran diferencia en la vida de otros.
no sentía dolor ni cansancio porque reconocía que aquellos que estaban esperándome por las mañanas eran los que sí estaban en una verdadera lucha por la vida.
Estos pacientes fueron mi motor y la satisfacción de servir a otros por más de un año. Este evento en mi vida que recuerdo y atesoro con mucho cariño, fue el inicio de transformación de entender la necesidad de ser escuchados y no juzgados, del valor de la empatía y que cuando sirves de corazón la satisfacción es mayor.
Luego en mis años de servicio como Tecnóloga Medica (MT ASCP), esa semilla siguió viva, pero desde otra perspectiva, detrás del “counter” procesando y evaluando las muestras de los pacientes, entendiendo la importancia y el impacto de un resultado en la vida de los pacientes.
Cuando ingreso a la empresa privada fue un conglomerado de experiencia y amplio desarrollo. Allí no solamente puse en practica mi conocimiento, si no que el motor de toda la colaboración ardua de varios grupos funcionales ha tenido y tiene la misión de servir a los pacientes y poder generar medicamentos que transforman la vida de otros.
En mi trayectoria profesional he podido ser testimonio de resiliencia, liderazgo y de cómo la relación con uno mismo y ese amor propio puede cambiar el modo en que te ves y cómo te ven los demás. En el 2019 me movió la necesidad de llenar en mi algo que ni yo misma podría explicar… Fue una necesidad de re-conectar conmigo… y empecé a buscar hasta que encontré ICIPR, dónde forman los mejores coaches del mundo. En agosto 1 del 2020 me gradué de Coach Profesional, pues quería ser parte de esta gran familia donde están los Mejores Coaches del Mundo. Durante mi proceso de preparación de coach aprendí muchas cosas que complementaron unas fortalezas que ya traía en mi mochila de vida y que no me había dado cuenta. Ese vacío que sentía era porque tenia sed de servir a otros, de dejar huella, de poder nutrir raíz en la vida de otros.
Durante mi proceso de certificación visualicé al ser humano como una planta. La importancia no solamente de sembrar semilla, sino también de cuidar las raíces. Esas raíces que llenas de amor propio te hacen tu mejor versión, de ahí el nombre Kopheb, que es la traducción exótica de la palabra raíz. Y te pregunto, ¿qué pasa cuando le echas abono a tus plantas?, están bonitas verdad y florecen o dan sus mejores frutos, pese a los temporales o eventos adversos. Esas plantas que se transforman y que con su resiliencia nos enseñan que podemos superar los contratiempos. Esas plantas que nos enseñan que en la vida todo es cuestión de tiempo y de creer en ti. De ahí mi eslogan “Florecemos cuando nutrimos nuestras raíces”. Soy testimonio del valor y poder del Coaching en mi y en aquellos coachees que me han dado la oportunidad de acompañarlos en su meta o “travesía”.
Si quieres buscar tu mejor versión, si quieres desarrollar ese amor propio para mejorar tu autoestima, o mejor aún si quieres desarrollar esa resiliencia que ha sido trastocada a mayor escala desde el huracán María en Puerto Rico, desde la pandemia del COVID-19 en 2019 o simplemente tienes la necesidad de empezar a dar los pasos hacia una meta, pero no sabes el camino… te puedo decir que el proceso de Coaching te va a ayudar. El Coaching va ser ese abono que trastocará esos pensamientos limitantes y nutrirá tus raíces para que puedas florecer con tu mejor versión.
Como te mencioné, yo también he vivido mis procesos, reconociendo que no soy perfecta y tampoco un producto terminado. Esto implica buscar el desarrollo personal. Por eso no he dejado de prepararme, me certifiqué como facilitadora de “Out of the Box” y en inteligencia emocional. Reconozco que seguiré explorando y te exhorto a que si te tienes una meta busques un proceso de Coaching. Lo poderoso de esta metodología es que mientras caminas hacia la meta descubrirás más sobre ti y es ahí el valor que tiene este proceso.
Vamos, da el paso, busca ser tu mejor versión.
Recuerda, “Florecemos cuando nutrimos nuestras raíces.”